Un juego...repugnante

Caminaba por los pasillos del hospital algo aburrido; paseándome por entre los diferentes lugares que había en este, mientras que en ciertos pasillos avanzaba saltando en un pie y en un mal brinco que di, me tambalee cayendo hacia un lado contra una puerta, la cual se abrió tras recibir el golpe de mi cuerpo contra ella no sin antes darme un golpe con un clavo salido de la puerta el cual dejo una herida en mi brazo que lentamente comenzaba a calentarse; solté un quejido al caer contra el piso, pero realmente no me había dolido casi nada. Apoye las manos en el suelo para incorporarme y me di cuenta que estaba en una habitación bastante aburrida.


Me levante del suelo y observe el lugar, realmente el hecho de esta ahí me ponía aun mas aburrido, ya que el silencio de la habitación, ademas del color tan seco que tenia la hacían por demás aburrida; la recorrí con la mirada y me di cuenta en el lugar donde había caído había un par de huellas de gotas de sangre, voltee a ver mi brazo que había chocado contra la puerta y de este emanaba un poco de sangre de una no muy profunda herida; sonreí ante la idea que había tenido, el problema seria conseguir suficiente de lo que necesitaba para llevar a cabo mi idea así que decidí dejar una pequeña trampa para conseguir a alguien para ello. Salí de la habitación y desde la parte media del pasillo, comencé a dejar pequeños caramelos que traía en el bolsillo, haciendo un camino que daba hasta la puerta de aquella habitación, llegando hasta al pie de la cama de la misma, donde me senté y mientras balanceaba mis pies empece a tararear una canción mientras movía mi cabeza divertido.

Como realmente había poco que hacer en mi habitación además de practicar con violín-tan y ya me había aburrido, me excuse y salí a dar un paseo por los alrededores, esperando encontrar algo divertido para hacer. Camine por un buen rato sin rumbo fijo esperando a que la diversión aparecía de una forma u otra frente a mis ojos, curioseando por cuanta habitación me topase pero sin decidirme a entrar a ninguna. Suspire decepcionado al darme cuenta de lo lejos que me encontraba de mi cuarto, pero como no tenía muy claro como regresar continué mi recorrido, esperando encontrarme con alguien en algún momento.

Cuando termine por cansarme me senté en el suelo, volteando a ver a todos lados, mi vista termino por toparse con algo más que interesante. -¡Dulces!- grite emocionado incorporándome de un salto, para dirigirme en su búsqueda; recogiéndolos uno por uno ingenuamente, introduciendo uno de ellos entre mis labios y guardando los demás en mis bolsillos, ignorando completamente cualquier consecuencia que pudiera significarme esta acción.
Levante la vista al oír que alguien tarareaba algo, dándome cuenta de que me encontraba justo frente a la puerta de una habitación; sonreí y empuje un poco la puerta, lo suficiente como para permitirme la entrada.

Una vez dentro recogí algunos dulces más antes de sentarme en el suelo nuevamente y hacer un leve puchero al notar que no quedaban más dirigiendo la mirada a quien tarareaba y quien probablemente era dueño de los dulces también. -Quiero más dulces...- afirme ladeando un poco la cabeza, pero pronto una nueva idea me hizo olvidar mi petición dibujando una sonrisa en mi rostro. -¿Tú vas a jugar conmigo, cierto?- pregunte levantándome del suelo y abalanzándome sobre él o ella entre risas.

Deje de tararear cuando la puerta de la habitación se abrió, pero continué balanceando mis pies divertido; sonreí ampliamente al ver que una persona entraba y le observe terminar por recoger los caramelos que había dejado.
-Te daré mas si...-
Ya no me dio tiempo de terminar mi oración cuando se abalanzo contra mi, me quede quieto bajo suyo y comencé a reír de la misma manera que el lo hacia. Lentamente me incorpore para sentarme dejandole a el de rodillas frente a mi; apoye una mano sobre la cama y la otra la lleve a su mejilla.
-Que bonita muñeca.-
Dije quedamente soltando una pequeña risa de malicia mientras que de la bolsita de mi vestido sacaba un par de caramelos mas.
-Si juego contigo, de hecho esperaba que alguien viniera...-
Acerque los caramelos hacia el mientras que sonreía y con mi otra mano continuaba acariciando mi mejilla.
-Y te daré todos los dulces que traigo, a cambio claro de que juguemos y me ayudes a arreglar este lugar.-
Reí un poco y deje los caramelos sobre la cama para luego yo levantarme de ella y caminar hasta donde estaban las huellas que había dejado mi sangre, me puse en cuclillas frente a ese lugar y lo mire a el sonriendo.
-Mira, este cuarto se vería muy bonito para jugar si todo fuera de este color¿ No lo crees? El problema es que yo no quiero dañarme haciéndolo pero necesito mas de este color, y a cambio de dulces que te parece si tu me lo das?.-
Me levante y camine de nuevo hacia donde el estaba y con la uña de mi dedo indice presione su mejilla y baje por ella haciendo cierta presión, dejando un hilo rojo por su piel, para luego acercarme a lamer esa pequeña herida.

Me quede un momento sobre aquella persona disfrutando un poco de la calidez que emanaba mientras esta reía conmigo, a pesar de lo "sombría" que podía resultar su imagen parecía ser bastante agradable. Poco después se sentó sobre la cama y le permití también dejarme sentado sobre mis rodillas, quedándome mirándolo algo curioso, pero sin evitar de ninguna forma el contacto de su mano con mi piel y sonriendo ampliamente ante su comentario a pesar de que desconocía por completo el motivo de su risa.

Mi mirada se ilumino al ver como sacaba más dulces de su vestido, estire un poco el brazo en un intento por alcanzarlos pero al oír que retomaba la platica dándome condiciones para obtenerlos me detuve antes de alcanzar mi objetivo. -¿Arreglar?- pregunte ladeando leve la cabeza más que interesado, siguiendo con la vista sus movimientos una vez se hubo levantado.

Una gran sonrisa se delineo en mis labios al ver aquel color que señalaba. -¡Es muy bonito!- asentí encantado mientras continuaba contemplando aquel color que tanto me gustaba, saliendo de mi trance solo al este regresar junto a mi otra vez. Pude sentir que volvía a posar su mano sobre mi rostro pero haciendo algo de presión en esta ocasión, pocos segundos después sentía un cálido líquido escurrir por mi piel, para que luego esa persona se acercara aún más haciéndome cosquillas con su lengua. Reí un poco producto del hormigueo que me causaba antes de poder decir entre risitas. -Si juego contigo y te doy más de ese bonito color, me darás más dulces ¿cierto?- musite para ver si había comprendido bien antes de continuar. -¡Suena bien!- afirme con cierto entusiasmo pues también me agradaba la idea de ver ese lugar teñido de rojo, empujándole un poco para quedar tendido junto a él.

-¿Cómo le vamos a hacer para pintar este lugar?- le pregunte poniéndome de espalda sobre la cama mirando el techo, que desde ahí se veía bastante alto.

Sonrei al escuchar las palabras de aceptación ante mi juego y conforme el se iba acostando sobre la cama yo subia las rodillas a esta poniendo cada una a los costados de sus caderas y me sentaba sobre las mismas le mire divertido unos instantes y luego observe el lugar.
-Si, todos los que quieras y puedas comer...-
Comence a decir mientras que metia una mano bajo mi vestido para alcanzar una de mis medias y deslizarla un poco para descubrir un pequeño cinturon que rodeaba uno de mis muslos, en el cual guardaba una pequeña navaja y un juego de tijeras. Tome las tijeras entre mis dedos, pulgar e indice y mientras le veia a el con un deje de inocencia, las abri frente a uno de mis ojos.
-Bueno mira, pensaba hacerlo yo solo pero para eso tendria que hacer esto...-
Deje la frase abierta y lleve las tijeras a mi ante brazo, donde haciendo un poco de presion comence a deslizarlas por el, abriendo una notoria herida de la rapidamente comenzo a emanar sangre de manera escandalosa.
-Lo vez, yo tambien tengo de ese color, pero para sacarlo necesito hacerme daño y si me llego a romper de mas me van a castigar.-
Dije con un puchero y en tono de preocupacion para luego inclinarme un poco sobre el y poner el filo de las tijeras en su cuello.
-Pero tu puedes darme todo ese bonito color ¿No? Despues de todo te dare dulces a cambio de el...-
Pase las tijeras de su cuello a su camisa y lentamente empece a cortar esta de abajo hacia arriba dejando la piel descubierta de su pecho a mi vista mientras que con mi otra mano sacaba un puño mas de pequeños caramelos que dejaba caer en su rostro tratando de distraerle mientras que con su pecho expuesto pasaba las tijeras por un costado de su abdomen para abrir una herida lo suficientemente grande para que la sangre comenzara a formar un charco al pie de la cama.

Le dirigí la mirada nuevamente al oír que me hablaba distrayendo mi atención del punto en el techo que desde ya hace un rato observaba, riendo divertido al verlo jugar con unas tijeras, más que nada por la forma "mágica" en que las había hecho aparecer sin que lo notara.

Guarde un poco de silencio al volver a escucharle hablar, mirando con curiosidad eso que "tendría que hacer", para luego quedar maravillado ante el bonito color que brotaba de su brazo. -¡Que bonito!- exclame todavía absorto en el color que comenzaba a teñir la cama.

Volví a mirarle con un gesto de preocupación. -Que horrible- dije como si realmente pudiera comprender de lo que hablaba sin hacer mucho caso a el filo de la tijeras que rodeaban mi cuello. -¿Quién es tan malo cómo para castigarte?- me causaba curiosidad saberlo, ¿había alguien con ese poder aquí? en ese momento me resultaba más importante que un corte en mi cuello.

Arrojo algunos dulces más de variados colores que me resultaron muy atractivos, pero me vi obligado a cerrar mis ojos por un momento debido a que estos cayeron sobre mi rostro, me sobresalte al sentir un fuerte ardor en mi abdomen, seguido de la calidez de un líquido fluir. Baje la mirada y note que que estaba empapado de ese color, formándose una clara sonrisa en mi rostro. -Dije que podías ¿verdad?- le dije finalmente a modo de aclarandoselo bien, ya que todavía parecía no comprender.

Sonreí de manera infantil ante su respuesta y me acerque para abrazarle mientras comenzaba a dar vueltas a las tijeras dentro de su carne.
-!Que lindo eres¡ Casi nadie le gusta jugar conmigo.-
Dije mientras que le abrazaba y de manera casi inconsciente enterraba mas las tijeras para luego sacarlas de un solo tirón; me levante de mi lugar dejandole sobre la cama y me puse en cuclillas al pie de la cama donde se formaba el charca de su sangre, deje las tijeras de lado y puse las palmas de mis manos sobre el espeso liquido, llenándolas de este mientras que sonreía. Observe las palmas de mis manos por unos instantes y mis ojos brillaron al ver como estaban completamente llenas de ese lindo color, así que sin esperar mas me levante y fui a una de las paredes donde comencé a embarrar el liquido, tiñendo de carmesí esa pared con mis manos, marcando estas en el blanco de la pared, dandome el tiempo de hacer dibujos con mis dedos, formando caras que tenian sonrisas torcidas; hasta que finalmente en mis manos solo quedaron las huellas de su sangre, me dirigi de nuevo al charco de esta y volvi a repetir lo anterior hecho para que de la misma manera dirigirme a otra pared de la habitacion y recurrir a lo mismo, llenado esta vez de mis torsidos y sonrientes dibujos por toda esta. Despues de un rato, y tras observar lo poco que habia hecho volvi a dirigirme a el y me inque a un lado su mientras que lamia una de las palmas de mis manos.
-No es suficiente mira.-
Dije de manera infantil mientras que señalaba las paredes que solo se encontraban escasamente pintadas del rojo. Tome las tijeras de nuevo y saque los ultimos caramelos que quedaban en mi bolsa para dejar a un lado suyo, como si fuera un intercambio por cada dulce que dejaba hacia un corte, sobre una de sus piernas, el costado de su pecho, sobre uno de sus brazos...
Esperando que el charco que estaba al pie de la cama volviera a ser lo suficientemente basto para seguir con mi labor.

Reí un poco producto de tan linda reacción de su parte abrazándole también, apretándolo más contra mi cuerpo hasta que un notorio quejido se me escapo debido al aumento del ardor que sentía. Me queje nuevamente cuando retiro bruscamente el frió objeto de mi abdomen y luego lo vi levantarse. -También estas cubierto de ese bonito color.- le dije sonriendo al notar que ahora su vestido era más rojo que blanco como lo era antes, claro que él era culpable de eso.

Me quede observando como pintaba las paredes de la habitación haciendo algunos dibujos en ellas, solo fue por un momento ya que después me recosté sobre la cama y cerré los ojos, comenzaba a sentirme mareado. Abrí los ojos nuevamente y me los frote un poco, para darme cuenta luego de que tenía las manos manchadas de rojo y de que acababa de ensuciar mi rostro también, intente limpiarlo con mi manga pero dudaba que haya quedado del todo limpio.

Levante un poco la cabeza al oírle acercándose otra vez, pero al ver que recogía más de ese líquido y se alejaba volví a recostarme suponiendo que continuaría pintando las paredes. Luego de un rato lo escuche acercase nuevamente, pero esta vez me incorpore al oír que me hablaba, sentándome con algo de dificultad sobre la cama para poder ver lo que quería mostrarme. Observe las paredes que estaban cubiertas por extraños dibujos carmesí, pero aun quedaban muchos espacios más por pintar así que comprendía su preocupación.
-¡Ah! Es verdad todavía falta.- afirme haciendo un puchero y volviendo mi vista hacía él. -Necesitas más de ese color ¿verdad?- dije en un tono más bajo mientras le veía aproximarse con las tijeras en su mano. Sentí un hormigueo en mi pierna, luego mi pecho y mi brazo, que no tardo en convertirse en un ardor punzante, me queje un poco dirigiendo mi mirada a los lugares que ahora me dolían pudiendo ver como de ellos también brotaba ese cálido líquido.

Tomé algunos de los dulces que había dejado a mi lado y los introduje en mi boca para saborearlos, al ver que ya había bastante de aquel líquido carmesí en el piso gateé hacía uno de los costados de la cama para intentar ponerme de pie, pero rápidamente perdí el equilibrio y caí bruscamente sobre el frío suelo. Como no me sentía con el suficiente ánimo para intentarlo nuevamente me quede por un rato tendido ahí, tan solo mirando lo que hacía.

Deje caer aquellas tijeras al suelo y sonriendo de manera infantil me acerque al charco de sangre que se formaba, llene las palmas de mis manos nuevamente y corrí a una de las paredes que aun continuaba en blanco y sobre esta empecé a “pintar” mas de aquellas caras sonrientes y retorcidas, una canción comenzó a salir de entre mis labios pero fue interrumpida repentinamente por el hueco sonido de su cuerpo al caer al suelo. Voltee a mirarle y limpiando mis manos en mi vestido, sin importar que este se llenara de ese rojo también camine para acercarme a el y ponerme en cuclillas a su lado.
-Oye, oye, te vas a dormir?...Ya no quieres jugar conmigo?...-
Forme un leve puchero en mi rostro y con algo de ansiedad comencé a rebuscar en mis bolsillos con la intención de sacar mas dulces de estos pero sin suerte alguna. Empecé a soltar un par de gimoteos y talle mis ojos con el dorso de mis manos. Acerque una de mis manos a su rostro y con mi dedo índice comencé a picar su mejilla.
-No te duermas… conseguiré mas dulces pero no te duermas…-
Rápidamente me levante y Salí prácticamente corriendo de aquella habitación, dirigiendo mis pasos a un pequeño consultorio que estaba al lado del lugar y una vez dentro de este abrí un pequeño anaquel de puertas de cristal donde había varios botes con distintos medicamentos.
De entre todos vi uno con lindos colores azules y amarillos.
-Metacu…meta…cu…-
Sin importar que no pudiera formar ni su nombre con mis palabras tome ese que decía “ Metacualona“ y rápidamente regrese a aquella habitación, camine rápidamente hacia mi linda muñeca y destape el frasco de aquel medicamento.
-Quizá no sepan tan ricos como mis dulces, pero te quitaran el sueño, o eso espero.-
Le sonreí infantilmente y tome tres de aquellas píldoras y las lleve a su boca, para meterles en ella y luego con una de mis manos tapar la misma para esperar a que las tragase y una vez echo sonreí ampliamente para posteriormente tomar mis tijeras del suelo y con las mismas empece a apuntar partes de su pecho y costados.
-De allí ya no sale mucho…-
Me quede pensativo un momento y baje las tijeras hasta su pantalón donde con ellas empecé a cortar la tela de este para empezar por dejar expuestos sus interiores y luego proceder a cortar estos para dejar expuesta parte de su entrepierna. Con mi mano libre, tome su miembro y levante este para luego llevar la punta de las tijeras al meato de este y partiendo desde allí, fui bajando las mismas por todo el tronco de este hasta la baje, haciendo un corte que le atravesaba por completo. De manera inmediata, aquel cálido líquido empezó a correr por toda la extensión de su miembro; solté las tijeras y llene mi mano de este para luego correr a la pared y empezar a pintar de nuevo con ese tono carmesí que hacia que mis ojos brillaran con vesania mientras que esa risa salía de entre mis labios.

En algún momento mis ojos se cerraron, no podría decir con exactitud cuando, me sentía cansado pero no tenía ganas de dormir realmente deseaba ver completamente pintada la habitación de ese bonito color, debía hacer el esfuerzo y volver a abrir los ojos para evitar en algún descuido quedarme dormido. Al hacerlo me encontre con él justo a mi lado, los ojos se me entrecerraban solos así que no pude mantenerme mirandolo por mucho tiempo. Lo escuche hablarme no tenía completa claridad de lo que decía pero logre mantener lo suficiente la mirada como para notar que estaba disgustado por algo, probablemente causado por mi.

-Uhm... - apenas algunos quejidos escapaban de mis labios ante la molestia que me causaba, logre levantar una mano para intentar apartarle, sin embargo hasta aquello me resultaba demasiado trabajoso. Estar tan cansado me resultaba lo más detestable ni siquiera podía moverme como quería, sentía pesado el cuerpo, al menos ya casí había olvidado por completo el dolor, tan solo me sentía frío y humedo; de todas formas aquello no era lo que me preocupaba, intentaba simplemente olvidarme de ello.

Asenti despacio a lo que me decía sin verdaderamente comprenderlo del todo, mientras dormitaba me pareció haberlo oído salir del cuarto, al abrir ligeramente los ojos pude comprobar que así era. -No esta... - musite en tono muy bajo no pretendía que nadie me oyera de todas formas.

Me moví bruscamente al sentir algo dentro de mi boca interrumpiendo mi calma abriendo también los ojos al encontrarse luego cubierta. No me quedo más opción que tragar sin tener la menor idea de lo que se trataba, tosiendo de forma poco grata para mi garganta al encontrarse mi boca ya libre y agitandome de paso. Creo que solte un quejido al sentir un frío objeto seguido de un agudo dolor dentro de mi miembro terminando de despertarme como no lo habían logrado los cortes que hasta hace poco había realizado sobre mi pecho, arqueé un poco la espalda mientras que sentía la calides de ese líquido escurriendo por mi entrepierna hasta la parte interna de mis muslos.

El dolor fue disminuyendo gradualmente hasta que finalmente no sentía nada, de alguna forma me sentía también menos cansado lo cual era bastante reconfortante, al alzar leve la cabeza me di cuenta de la cantidad de líquido que escurría por el piso quedandome maravillado por ello y prestando escasa atención al daño en mi cuerpo, no era doctor así que en realidad no podía saber que tan mal estaba. Jugueteé con mis manos sobre aquel charco salpicando para luego llevarlas frente a mi rostro y lamer parte de ese líquido, relamiendome los labios. Haciendo esto seguramente el mareo disminuiria, mordí uno de mis dedos esperando a que volvíera a cubrirse de rojo para meterlo a mi boca entre pequeñas risas, entreteniendome con eso mientras terminaba de pintar.

Mis pasos iban y regresaban de donde yacía su cuerpo a las paredes, hacia pequeños viajes para ir a llenar mas mis manos de su sangre y regresaba dando pequeños saltos para seguir con aquella emocionante labor. Me mantenía ocupado haciendo aun aquellos dibujos por todas las paredes, sonriendo tal y como esas caras que dibujaba lo hacían; ahora, ya solo faltaba “decorar” esa pared que estaba al costado de aquella cama. Me quede quieto por un momento y observe esa pared, aun limpia y blanca además de echarle leves vistazos a donde pendía la bombilla que iluminaba esa habitación. Sonreí ampliamente y mi mente se llenaba de enajenadas ideas; pero en aquella habitación no había nada para llevarlas acabo, así que inmediatamente recordé aquel consultorio de donde había tomado aquel frasco de pastillas; estaba seguro de que allí encontraría algo que me sirviera para mis ideas. Volví a acercarme a el y me puse en cuclillas al lado suyo, deje uno de mis brazos apoyado en mis rodillas y mientras que con mi otra mano acariciaba su frente le mire sonriendo juguetonamente.
-Un adorno se vería bonito también. ¿No lo crees?...-
Empecé a decir y me fui poniendo de rodillas para poder inclinarme hasta dejar mi rostro a centímetros del suyo sin dejar de acariciar su frente con mi mano.
-Tu eres una bonita muñeca y te haz portado muy bien conmigo, así que te hare parte de el…-
Susurre y termine por besar casi con ternura su mejilla para luego levantarme y dirigirme a aquel consultorio; rápidamente empecé a buscar las cosas que me sirvieran para mis ideas y di con ellas rápidamente al hurgar en un par d cajones, de los instrumentos que se utilizaban para la autopsia tome un Serrucho especial para partes del cuerpo humano, además de un Cincel de huesos que me seria útil, pero solo me hacia falta una cosa mas y de los postes para suero que había en el lugar me lleve cuatro de las Mangueras que se usaban con ellos. Con todos aquellos objetos en mano regrese a aquella habitación y los arroje sobre la cama.
-No te preocupes, ya pronto terminaremos y podrás dormir.-
Dije en un tono alto para que él me escuchara y sosteniendo aquel serrucho me acerque a donde estaba; le mire con una amplia sonrisa y tome una de sus manos con mi mano libre y acomode el serrucho a mitad de su brazo; rápidamente y antes de que aquellos “dulces” que le había dado dejaran de funcionar empecé a mover frenéticamente el serrucho de adelante hacia atrás, cortando su carne con el y rápidamente terminar por llegar a su hueso. Los movimientos con aquel objeto los hacia mas frenéticos y no me detuve hasta que la mitad de su brazo termino por separarse de su cuerpo, para así, seguir con el otro de la misma manera hasta tener solo la mitad de sus dos brazos fuera de su cuerpo. Alcanzaba a notar como su cuerpo perdía fuerza para respirar además que sabía que las muñecas que perdían mucho de aquel líquido tendían a dormir mucho, así que sin perder tiempo me voltee para hacer mis anteriores movimientos ahora en sus piernas, utilizando aquel serrucho esta vez en su rodillas para partir de igual manera solo la mitad de sus piernas. Aquel liquido que tanto me gustaba empezó a correr mas y mas y el sonido del serrucho al cortar la carne retumbaba de una manera excitante en mis oídos. Una vez que hube terminado de cercenar sus extremidades, tome estas y les deje sobre la cama para luego ponerme de rodillas al pie de esta y con ayuda del cincel hice unos huecos los suficientemente grandes en cada brazo y cada pierna para poder pasar a través de este la manguera que había traído; y así, una vez que todas estaban unidas a través de aquella manguera, subí en la cama para poder alcanzar el cable de la bombilla y atar la manguera en este para luego, jalarle hasta que sus piernas y brazos quedaran en el techo, formando, a mi parecer, un hermoso colgante del cual, caía aquel liquido sobre la cama. Sonreí ampliamente y estirando una de mis manos moví aquel “colgante” que había echo de sus extremidades. Mis manos se llenaron un poco mas de su sangre e inmediatamente me voltee a la pared para manchar esta con ellas, pero esta vez sin dibujar esas caras sonrientes que tenían las otras, con su sangre formaba letras en la pared, y una vez que estuvieron terminadas baje de la cama, completamente emocionado y feliz de que hubiera terminado mi idea por arreglar aquel aburrido cuarto que ahora se veía mas que lindo. De un pequeño salto, baje de la cama y me acerque al cuerpo de la linda muñeca que me había ayudado, aferrando mis brazos alrededor de su torso le levante y empecé a dar vueltas abrazándole, a manera que su espalda quedara contra mi pecho y así observara todo el lugar.
-Mira, mira, quedo lindo ¿No?...-
Reí con fuerza con un tono claramente infantil y me acerque a dejarle sobre la cama, con la sabana de esta le cubrí hasta su cuello y me acerque a darle un beso en la mejilla.
-Ahora si ya puedes dormir, además, como premio por jugar conmigo y como la habitación ya esta adornada, puedes usarla solo para ti.-
Le sonreí ampliamente y observe esa pared al lado de la cama, donde con su sangre había dibujado las letras de un claro “Spooky” en ella; puse mis brazos tras mi espalda y me di la media vuelta para que, dando un par de infantiles saltos avanzar hasta la puerta; me gire y tome la perilla de esta y mientras la cerraba susurre.
-Descansa.-
Para luego cerrar la puerta tras de mi y empezar a rondar por los pasillos de nuevo buscando algún nuevo juego y muñecas para llevarlos acabo.

~Tema Cerrado~