Habitacion 0101

Había estado mucho tiempo caminando por los pasillos, leyendo los números de cada puerta en voz alta, hasta que se encontró con la suya propia.
Llevó su mano a la manilla, la cual giró por completo, pero mantuvo la puerta cerrada. Se quedó unos minutos completamente inmóvil, temeroso de lo que pudiera haber detrás de esa puerta. Soltando un profundo suspiro, y bajando la mirada, entró—¿Hola?—preguntó aún sin mirar al frente. Se percató que estaba vacía pues el silencio fue sepulcral. Alzó la mirada para verificar que se encontraba solo, y tímidamente, sonrió, dejando ver sus cuidados dientes.
—Que estúpido—susurró mientras cerraba la puerta a sus espaldas. Dejó escapar un soplido de sus labios, pues no esperaba tal mal cuidado de las cosas, aunque no le era incómodo. Toda su vida viviendo en malas condiciones, ya estaba acostumbrado. Pero de alguna forma, se vio en la obligación de intentar dejar un poco más limpias el lugar. Sacudió las dos camas que habían en la habitación, sin antes abrir la pequeña y única ventana del lugar, para luego sacar papeles tirados en el suelo, mientras que al mismo tiempo buscaba algo con lo que barrer el montón de polvo que había en el suelo, sin encontrar nada para darle tal uso.
Se resignó con la limpieza, al menos sintiéndose un poco mejor al ver que al sentarse en una de las camas, no saltaba tierra al aire. De esa manera se recostó, cerrando sus ojos mientras dejaba escapar un largo suspiro—Descansa un poco Vell, por favor descansa...—se suplicó a si mismo, ahora levantando sus dos brazos hacia el techo. Ahí mismo se quedó un buen rato, mientras que de a poco su mirada, frecuentemente con las mejillas ruborizadas y ojos entrecerrados, mostrando una expresión un poco tierna pero a la vez indefena, iba cambiando. Sus labios, que en su momento sonreían, se volvieron una línea recta, mientras que sus ojos entrecerrados, se abrían normalmente, dejando ver sus orbes oscuros, mientras que el rubor de sus mejillas desaparecía por completo.
¿Qué sucedía? Su otra parte había despertado, dejando al inseguro y tímido chico durmiendo en su subconciencia.