Rest in peace... (libre)

-Era un día más aburrido, como había sido aquí, regresé de una larga caminata que di por los alrededores de este gran lugar, estaba algo cansado por lo cual quería de verdad descansar un poco para después retomar algunos labores que tenía que hacer, cambie mi rumbo hacia la sala de descanso, caminando con pasos lentos y sin prisa alguna, mi recorrido fue tranquilo, me la pasaba mirando los pasillos los cuales estaban algo descuidados pero a mi no me importó mucho que digamos, seguí caminando a la misma velocidad y finalmente llegué a la sala de descanso, abrí las puertas lentamente provocando que rechinaran un poco, miré hacia ambos lados antes de entrar verificando así que no venía nadie, o eso era lo que parecía, entré a esta sala, noté como las paredes estaban algo despintadas y en mal estado, sólo habían 2 sillas en las cuales se podía sentar y descansar, pero lo primero que hice fue acercarme a una de las ventanas del lugar, ya que como siempre el gran cielo llamaba mi atención, y más por ser azul uno de mis colores favoritos, puse mis manos en el cristal y observé hacia afuera, me era un poco difícil distinguir ya que los cristales estaban algo sucios, suspiré profundamente cerrando leve los ojos... abrí mis ojos lentamente y fui despegando mis manos del cristal poco a poco, crucé mis brazos y di media vuelta para poder avanzar y acercarme a uno de los sillones que se encontraba ahí, me senté y subí mis pies, posando mi espalda en el respaldo de la silla, cerré los ojos, y me quedé ahí un rato, olvidando que había dejado la puerta medio abierta y cualquiera podría aventurarse a meterse en donde yo me encontrabra-

Se quitó los guantes blancos, que ahora estaban ensangrentados por una operación que había hecho hace unos minutos. Suspiro, aunque gustaba de hacer eso, estaba un tanto cansado, la noche anterior casi ni había dormido sólo porque la cama no dejaba de rechinar.

Sus ropas tenían algunas manchas de sangre, pero no le importó. Simplemente caminó por el pasillo para ver algún lugar donde quedar tranquilo, haciendo nada.

Entró entonces, a la sala de descanso cuya puerta estaba medio abierta. "Debe de haber alguien" pensó mientras una de sus manos se posaba sobre la puerta, empujándola suavemente, más esta hizo un rechinido. Entró, y observó al joven que parecía tan cómodo y concentrado en nada.

-¿Está cómodo? -dijo sin esperar alguna respuesta. Fue hasta uno de los sofás, y se dejó caer en éste, saltando un largo suspiro-. Qué día...

-Estaba aún sentado en esos sofás, con los ojos cerrados aún, escuché como la puerta había rechinado un poco, pero pensé que había sido producto de mi "imaginación", Hasta que sentí una presencia en el lugar, había tomado asiento en uno de los sofás del lugar, por lo cual abrí rapidamente los ojos viendo a aquella persona que llamaba mi atención por su apariencia, sonreí un poco mientras mi mirada seguía fija en esa persona-

Así es, me encuentro muy cómo, venía a buscar un descanso, ya que venía muy cansado de una larga caminata que di al lugar... -dije mientras me sentaba bien en el sofá, bajando mis pies de este y apoyándolos en el piso, le seguí mirando por unos instantes más para después suspirar profundo igualmente y estirarse un poco- ¿Que tal su día?, por lo que veo ha sido un día largo para usted, o me equivoco?

Observó por la ventana, las nubes comenzaron a acariciar el cielo, y se podía apreciar una próxima lluvia o tormenta que se presentaría ante sus ojos.

-La verdad, ha sido perfecto -sonrió de costado, dando otro suspiro-. Pero admito que estoy muy cansado...

Entonces, giró su mirada hasta el chico, observándole con mayor detalle. Gustó de sus cabellos plateados, eran interesantes, y tiernos, o mejor dicho, el chico en sí era una ternura a simple vista. Sus ojos le fascinaron, esa fina piel, y esos delgados labios. Parecía muy tranquilo, ¿sería un enfermero? A preguntar.

-Eres enfermero, ¿no? -preguntó sin dejar de observarle, a su vista le encantaba.

-observé por la ventana al igual que el doctor, notando que proximamente una tormenta se vendría-
Me alegro que haya sido perfecto, al menos no se encuentra tan aburrido como yo lo estoy -encogí mis hombros y miré al piso por unos momentos.
Sentí la mirada del doctor sobre mí... levanté mi rostro a la altura que le correspondía y noté como me observaba con mayor detalle, por lo que vi primero observó mi cabello y mi rostro, me ruboricé un poco al verle. Sonreí sin separar completamente mis labios... escuché su pregunta por lo cual me extrañé un poco, pero después negué repetidas veces con la cabeza provocando que mis cabellos se agitaran un poco-
No, no soy enfermero, ¿Acaso parezco ser parte de uno de ellos? -reí un poco nervioso por sentir su mirada aún en mi... noté como su ropa estaba algo manchada de sangre, por lo cual le miré a los ojos ahora yo y le pregunte-
¿Pue...puedo preguntarle algo? -hice una pequeña pausa para después cuestionarle- ¿Por que su ropa está manchada de sangre... acaba de salir de alguna operación?... -dije mientras volvía mi mirada hacia su ropa- Ohh... y lo olvidaba, mi nombre es Teru, mucho gusto doctor -sonreí mientras le extendía mi mano para entrelazarlas-

Asintió.
-Para mi vista, joven, usted es alguien muy calmado y tranquilo, doctor no creo que sea o ya le conocería. Realmente, no parece un paciente de éste lugar... -sus palabras casi salieron en un simple susurro, es que también, era vez primera que estaba en presencia de un interno del lugar hablando de forma tan directa que no fuera una operación.
Parpadeó reiteradas veces, y volvió a mirar por la ventana.

Al escuchar su pregunta, no evitó que una sonrisa de costado se posara en sus labios, y al saber su nombre, volvió su vista hasta sus azules y tiernos ojos-. Sí, de una operación tal y como ha adivinado... Y, es un gusto conocerte, Teru, mi nombre es Seth.

Y dicho ésto, levanto suavemente su mano, para apretar la con la del contrario en señal de un educado saludo. Suave, lo notó, y soltó suavemente su mano.

Su mirada fue desviada inmediato, al escuchar el sonido de la lluvia comenzando a caer suave, y volverse fuerte al acto. Había comenzando, y sabía que pronto escucharía los rayos.

-sonreí un poco mientras apoyaba mis manos en mis rodillas-
Lo que pasa es que aún se como disimular mis padecimientos... Hasta ahora aún puedo controlarlo... no se si después pueda... -dije suspirando profundo mientras regresaba mi mirada hacia el escuchando como se presentaba y aceptaba mi mano-
El gusto es mío Seth-san, hacía tiempo no veía a gente, es bueno socializar de vez en cuando -sonreí mientras apretaba un poco su man, sonriendole,solté su mano también y noté como en sus labios de formó una sonrisa y su mirada fija en mis ojos por lo cual yo también correspondí a esa mirada-
Y... ¿Cómo le fue en la operación?, fue muy laboriosa y cansada? -dije mientras aún le observaba, su apariencia en verdad llamaba mi atención...
De repente se empezó a oír como unas cuantas gotas de agua comenzaban a caer, para después ir aumentando más y más-
Vaya, ha comenzado a llover... y en la mañana parecía un día en el que abría sol y un cielo azul -sonreí un poco mirando a Seth-

Prefirió no responder acerca de la operación, sus palabras era muy sádicas cuando comenzaba a describirlas, a pesar de que para esta vez hubiera utilizado anestecia para no escuchar gritos que le retumbaran en la cabeza, los que siempre lo encantaban, hoy no quiso oírlos para no causar un escándalo.

-La madre naturaleza suele engañarnos, siempre lo hace, sea para bien o para mal, para ella le será indiferente -dijo con suavidad, sintiendo la mirada del contrario sobre él, mas no quitó su mirada del vidrio al que le caían rápidas gotas de lluvia-. Para lo que unos es bueno... para otros es malo y viceversa... -susurró.

Una inmensa luz se notó en el cielo; un relámpago, seguido por ese fuerte estruendo; un trueno.- Ha comenzado la tormenta eléctrica.

-notó como Seth no quería hablar del tema por lo cual comprendí lo dejé aparte, para no hacer que se sintiera incomodo tal vez, guardé un momento de silencio observándole de reojo-
Entiendo... para usted es malo esto que esta sucediendo? -le pregunté mientras observaba como en el cristal caían gotas de lluvia,para después notar como se iluminaba la habitación debido al relámpago, se escuchó el gran ruido que este provocó después, no me gustaban tanto las tormentas eléctricas por lo cual subí nuevamente los pies al sofá abrazando mis rodillas y ocultando mi rostro entre mis brazos, esperando que eso pasara dije-
No me agradan mucho las tormentas eléctricas... -dije mientras negaba con mi cabeza un poco, aun quedándome en la misma posición de hace unos momentos-

-No me va, ni me viene -dijo tranquilamente alzando los hombros.

A pesar de que su mirada estuviera pegada al espectáculo de luces que había fuera de las ventanas, pudo notar los movimientos que hacía el chico a su lado.
Podría haberlo creído un muñeco de porcelana, si no fuera porque su rostro expresaba sus sentimientos y sus movimientos no fueran vacíos, pero apariencia, todo un muñeco.

La luz del relámpago inundó la habitación. Al término de éste, conjunto cuando sonaba el trueno, giró a mirar al chico y su pose de protección contra algo que podría dañarle, pero no en esos momentos.
-¿Miedo? -dijo observándo como intentaba esconder su rostro, mas no lo lograba en su totalidad, podía distinguir parte de sus ojos aún.

Uhmm, entiendo... -dije con voz baja quedándome aún en la misma posición, pero esta vez levantando un poco el rostro para poder mirarle, vi como aquella gran luz llenaba toda la habitación, después se oyó nuevamente un gran ruido provocado por aquél relámpago...
Giré mi vista a manera de poder ver hacia la ventana, observando con atención los relámpagos, los cuales aparecían seguido por aquél nublado cielo...
suspiró un poco, para después regresar su mirada al doctor, que estaba observándole con atención o bueno, eso podía pensar-

Miedo?, no,no es sólo que no me gustan mucho los relámpagos... o eso mismo significa tener miedo? -dije para después cambiar mi posición y levantarme de aquél sofá lentamente, acercándome a donde se encontraba Seth, me senté a su lado y me le quedé observando por unos breves momentos-

Siguió sus movimientos, cómo se le acercaba, sintiendo como ambas miradas chocaban, y se examinaban entre sí.
-No, no es miedo. El miedo es la sensación de alerta y/o angustia en diferentes caso, ante algún peligro o algo malo, sea real o imaginario. El que no le gusten, es sólo la negación a ello -explicó sin dejar de mirarle, más cuando las luces de los relámpagos volvían a hacerse tan presentes, y les iluminaba el rostro a ambos.

Alzó su mano derecha, que estaba en reposo, y la acercó hasta la extravagante cabellera del contrario.- Me gusta el color de tu cabello,es muy inusual -murmuró, sin la intención de cambiar el tema, simplemente en el deseo de querer compartir su opinión al contrario.

-Escuché atentamente las palabras que me decía Seth-san, sin dejar de mirarle en algún momento- Ahh, ahora entiendo, muchas gracias por la explicación... -sonreí un poco, después al escuchar los truenos que provocaban los relámpagos, hacia gestos de disgusto en mi rostro...
Giré nuevamente mi vista hacia aquella ventana, dejándola ahí contemplar el paisaje frente a nuestros ojos, Sentí como posó sus manos en mi cabello, sintiendo como tocaba este-
Gracias, es un color que me gusta mucho en mi cabello -sonreí un poco para después tocar también mi cabello para ser precisos acomodar bien el flequillo color negro que traía en la frente, voltee a verle nuevamente, contemplando sus ojos-

-Para serte sincero -prosiguió, aun acariciando el cabello del contrario entre sus dedos, se le hacía tan peculiar, que era inevitable seguir y seguir-, jamás había visto a alguien con tu color de cabello. Es bastante llamativo y simpático -le dedicó una leve y suave sonrisa, bajando su mirada hasta aquellos azules ojos que también miraban los suyos. "Coincidencia" pensó, parpadeando unas tantas veces. Le tomó del mentón, para observarle mejor, con más detalle, y luego lo soltó con cuidado.

Otro relámpago, y su mirada fue hasta sus ropas algo ensangrentadas. Sonrió, y suspiró cerrando los ojos, acomodándose en su asiento.

-Sería perfecto ahora, ver que un rayo cayera sobre alguien, y esos volteos le hicieran gritar... -dijo tranquilamente, sonriente al imaginarlo-. ¿No crees? -giró a verle nuevamente.

-siguió sonriendo al ver como Seth no dejaba de acariciar su cabello, lo sabía a todos les atraía su color de cabello tan peculiar-
Puede seguir tocándolo si gusta -dije sin dejar de observarle, hasta que vi como su mirada se dirigía a la mía, esta vez no sentí nervios, me quedé observandole detenidamente, viendo como parpadeaba, reí un poco al sentir como posaba su mano en mi mentón tomándolo-
Tengo algo en el rostro? -reí mientras acariciaba mi mejilla, después de que él soltara mi mentón.
Observé como otro rayo más cayó, suspiré un poco, para después observar como Seth cerraba los ojos y se acomodaba mejor, escuchó atentamente sus palabras, sonriendo esta vez con algo de malicia, estiró sus brazos por un momento y después apoyó sus manos en sus rodillas- Si, sería divertido ver algo así... -dije mientras le veía nuevamente con la misma sonrisa que hace unos momentos tenía-

-Lástima que a nadie se le ocurre salir con algún metal hacia afuera... -volvió a reír suavemente, observando la sonrisa del contrario, la cual no le impresionó para nada, ya suponía que la mayoría de quienes estaban en ese lugar tendrían pensamientos algo sádicos, por ende no tenía problema en decir sus propios pensamientos, que a cualquier persona que no fueran de ese lugar, le hubieran parecido espeluznantes.

Tiró un poco de su propia camisa, tocando una gran mancha de sangre que resaltaba cerca de su hombro, casi manchando su cuello. La rasguñó suavemente en un intento por quitar la mancha, a pesar de saber que eso en nada ayudaba. Retiró sus dedos de ahí, y los observó. Tenían un leve color rojo, pues la sangre ya se había secado. Suspiró, y acomodó su camisa.

Luego de unos silenciosos minutos, se levantó de su lugar, y caminó hasta la ventana. Los fuertes relámpagos y truenos seguían en lo suyo, pero su vista iba a un árbol.- Si un rayo impactara con el árbol... Éste se quemaría... pero la lluvia es muy fuerte, y no alcanzaría a disiparse el fuego hasta nosotros -frunció los labios, sintiendo que en nada había acción.- Se me hace aburrido.